Gallos de pelea

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Querétaro está cerrando un torneo exitoso para las previsiones que se tenían del club iniciando el torneo, con 20 puntos se encuentran en el décimo lugar, y si no fuera por el descenso, este equipo estaría con los dos pies dentro del repechaje.

El éxito del equipo se ha visto reflejado sobre todo en los últimos diez partidos, solo ha sufrido una derrota, acompañada de cuatro victorias y cinco empates; lo que ha caracterizado al equipo de Mauro.

De 30 puntos disponibles en esos diez partidos ha cosechado 17, un 56% que ayuda al técnico albiazul a reafirmar el buen momento del club.

Hay dos factores que cambiaron el rumbo del equipo para bien, uno con más peso que otro. La victoria al Toluca, que le dió al equipo un aire de inspiración y de esperanza a salvarse del descenso, ganarle al actual subcampeón fue un subidón anímico para los queretanos, en un partido que manejaron de principio a fin con ese control sereno, a excepción de algunos momentos, y esas pausas que el equipo de Gerk sabe dar.

El segundo factor, y más importante, fue el regreso de la afición; desde que el Estadio Corregidora volvió a abrir sus puertas, el equipo ha cambiado radicalmente, los primeros minutos se vuelven completamente para el equipo local y el equipo que antes parecía caerse en los últimos minutos, ahora recibe un impulso con los gritos del público. Así como el gol de Barbieri contra Pumas y contra Cruz Azul, ambos al 85, los emplumados reciben un segundo aire con la afición.

A Querétaro le queda un partido, y para su fortuna es en casa, aunque ya no se juegue nada, debe demostrar que este torneo no es solo un espejismo, sacar la casta y cerrar de la mejor forma posible frente a su gente. Darle la esperanza y seguridad que el próximo torneo, con cociente cero, tendrán este equipo competitivo con el que cerraron y lucharan por volver a las posiciones que alguna vez fueron suyas.