36 Años llenando la cancha de sueños

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Hoy 5 de febrero se celebra el aniversario 36 del Estadio Corregidora. Esta cancha no solo fue sede mundialista durante el verano del 86′. También albergó eventos musicales como el concierto de Rod Stewart, un hecho histórico ya que marcaba el regreso del rock a México después de Avándaro. Incluso el «Coloso del Cimatario» fue habilitado como albergue para los migrantes centroamericanos que pasaron por nuestra ciudad hace tres años.

Mundialista

Inaugurado en 1985 con un partido amistoso entre México y Polonia, Tomás Boy fue el encargado de hacer vibrar por vez primera el Corregidora con un gol de tiro libre al minuto 8 hizo. Un año después el nuevo estadio de Querétaro sería sede mundialista y escenario donde Emilio Butragueño se mandaría un partido redondo en el cual anotó 4 goles para España en su duelo frente a Dinamarca. En esa ocasión el marcador fue de 5 a 1 a favor del combinado español.

Rod Stewart

En el año 1989 el rockero londinense, Rod Stewart hizo historia con su gira Out of Order. En el mes de abril de ese año pisó tierras queretanas para hacer dos conciertos con lleno total y traer de nuevo el rock a eventos de esta magnitud tras lo sucedido en Avándaro. Más de 60 mil personas presenciaron este espectáculo desde las gradas y el césped del mundialista estadio.

La casa del Gallo

El Corregidora ha sido casa de los Gallos Blancos durante todos estos años. Ha visto franquicias ir y venir, jugadores que no lucieron y uno que otro que se ha quedado en la memoria de la afición albiazul. Sin tantas glorias pero siempre testigo de noches mágicas donde la gente llenó la cancha de sueños, donde hasta antes de la pandemia recibía cada 15 días a la afición que durante dos horas a la semana volvía a los desconocidos hermanos unidos por una misma pasión.

Son 36 años de ser punto de encuentro para ver fútbol, reunirse con la familia, amigos o incluso para despejarse de la rutina diaria. Lugar donde se han jugado descensos, ascensos, liguillas, agónicos triunfos y empates con sabor a derrota; lleno de historia, aún luce imponente en la parte alta de la ciudad esperando a que sus tribunas se llenen de nuevo para disfrutar de una tarde fútbol.