La derrota ante América en el Estadio Corregidora ofreció dos conclusiones y una pregunta. En primer punto, confirmó la sinergia deportiva entre plantel y cuerpo técnico, existe un poder de convencimiento para afrontar retos adversos; en segundo tópico, la calidad estratégica de Héctor Altamirano, pasando de un 5-2-2 a un 4-4-1 después de la expulsión, estrategia que duró más de 80 minutos. Y claro, la pregunta es: ¿Ha sido afectado Querétaro F.C. por el arbitraje?
Gil Alcalá: Nadie duda de la calidad del arquero sucesor de Tiago Volpi; sin embargo, han sido detalles muy puntuales que terminan afectando su rendimiento y por ende el marcador. La anotación de Santiago Naveda, Alcalá pudo hacer más, el disparo pasó entre sus piernas.
Eric Vera: Limitado en su proyección al ataque, pero sólido en su marcación. Héctor Altamirano ha encontrado una solución con perfil natural por la banda izquierda. Buen juego del ex-Universidad.
Hugo Magallanes: En ocasiones, y no sólo en este partido, abusa de la fuerza excesiva y regala amarillas en medio campo, no obstante, su poderío físico ayuda para competir ante delanteros como Federico Viñas y Henry Martín, el uruguayo a pesar de encajar dos anotaciones, tuvo una actuación destacada. Falta mejorar con balón controlado y ofrecer apoyos a las bandas con mayor velocidad.
Alexis Doldán: Innecesaria falta en medio campo, más allá de la polémica expulsión, dejó a su equipo con un hombre menos apenas al minuto 11. La pareja Magallanes-Doldán parecía de a poco encontrar estabilidad en la zaga baja.
Antonio Valencia: Los años pasan pero la calidad sigue intacta. Es una realidad, cuando Querétaro intentó romper el juego en la primera parte, Valencia era exhibido ante los ataques americanistas, el ecuatoriano no goza de regresos intensos; sin embargo, en el segundo tiempo, cuando los plumíferos replegaron la personalidad del ex-Manchester sobresalió en todo momento. Por algo es el capitán.
Kevín Escamilla: La apuesta por un contención de mayor recuperación de Héctor Altamirano, indicó dejar a Gonzalo Montes en la banca. Escamilla tuvo un complicadísimo encuentro, en ocasiones metiéndose como un tercer central, en cuestión de adaptación el ex-Universidad cumplió con creces.
Fernando Madrigal: Sigue siendo el personaje con magia. La conexión con Ángel Sepulveda ofreció el empate previo al medio tiempo, mucho oficio e inteligencia del jugador mixto que ha variado de posiciones que no deja de sorprender a propios y extraños.
Jefferson Montero: Pocos minutos dentro del campo y nulo aprovechamiento por las bandas. El ecuatoriano no está en ritmo y no ha marcado diferencia en los últimos encuentros, ha dejado en la banca a Kevín Ramírez y eso ha sido cuestionado por el aficionado queretano.
Angel Sepúlveda: Es el máximo anotador mexicano en la Liga MX y el jugador con más injerencia en el juego ofensivo del Gallos Blancos. Sólo se puede felicitar a un jugador que con esfuerzo cuantitativo y cualitativo apoya a su equipo. Además, ha jugado de media punta, punta, extremo; sin olvidar, que ofrece un sacrificio defensivo incalculable.
Chico Da Acosta: Atendió su función prioritaria, ofreció apoyos a los extremos. No obstante, sólo una anotación en el torneo Guardianes 2021 es la renta del brasileño, en el papel luce como el nueve predilecto en el esquema de Héctor Altamirano, encima de Hugo Silveria. Un nueve vive de goles, no de apoyos.
Daniel Cervantes: El mexicano fue uno de los inamovibles de Alex Diego, ante la llegada de Altamirano las rotaciones han sido contantes, ante su ingreso respondió con categoría los embates del cuadro americanista por más de 80 minutos.
Kevín Ramírez: Poco a analizar del uruguayo, compitió en su mayoría ante más adversarios. Con diez hombres la palabra asociación, aunado al rival y al lugar, pareció extinguirse del vocabulario plumífero.
Héctor Altamirano: La apuesta por aguantar el marcador, era necesaria e inteligente. Es cierto, América no luce potente,pero no deja de ser el máximo exponente del fútbol mexicano. Ante la expulsión, adecuó en dos ocasiones, primero formó un 4-2-2, que en ocasiones se convertía en 5-3-1, para terminar con un 4-4-1 muy claro. Orden y esfuerzo, las claves de esta victorial moral.