Tigres, el verdugo en la primera liguilla

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A lo largo de su historia, Gallos Blancos ha tenido muchas dificultades para ser un equipo protagonista. Sin embargo, en la historia reciente el club ha tenido grandes destellos que han hecho muy feliz a la afición queretana; uno de ellos se dio en Apertura 2011, cuando el equipo se metió por primera vez en su historia a la liguilla.

El comandante del barco era nada más y nada menos que José Saturnino Cardozo, el diablo mayor, quien vivía su primera experiencia al mando de un equipo en primera división. En la plantilla se encontraban jugadores de experiencia como Marco Jiménez, Adolfo Bautista y el ídolo del momento, Carlos Bueno.

A pesar de los altibajos, los dirigidos por Cardozo lograron entrar a la liguilla como octavos. En la primera ronda de eliminación, los Gallos despacharon al Guadalajara (con grande actuaciones de Bueno y Liborio). Quién lo diría que en su primera liguilla, los albiazules estarían entre los cuatro mejores; el siguiente rival a vencer eran los Tigres de Ferreti.

En la ida, ambos equipos fueron incapaces de hacer daño. Del lado local, hubo algunas aproximaciones de Carlos Bueno pero tampoco nada que destacar. Con el empate sin goles, todo se iba a decidir en casa de los universitarios.

Gallos jugaría el duelo decisivo tres días después en el volcán. En la primera mitad, los felinos dominaron las acciones; al 43′, un centro de trámite enviado por Mancilla desconcentraba a López Mondragón, quien en su desesperación, terminó por meter el balón en su propia portería. El daño estaba hecho y los emplumados no pudieron reponerse para la segunda parte. Al 60′, Liborio volvió a hacerse grande al detenerle un penal a Mancilla. Con todo y el esfuerzo, los queretanos eran eliminados por los próximos campeones.

Al año siguiente, Cardozo dejaría al equipo y su salida, terminaba por marcar el principal problema de la institución en estos últimos años: la falta de continuidad al proyecto deportivo.