Sepúlveda, el delantero que marca diferencia

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El delantero mexicano de 31 años tiene una carrera interesante aunque sin muchos reflectores. En algún momento incluso fue considerado para la selección nacional allá por el lejano 2017. Un atacante que no es precisamente un 9 fijo en el terreno de juego pero con una labor de sacrificio importante.

Historia con Querétaro

Con los albiazules lleva dos etapas, la primera del 2014 al 2017 cuando llegó a préstamo de Morelia. En el 2015 fue titular en la plantilla del equipo de Vucetich. En ese año, Sepúlveda jugaba de extremo en el torneo donde Gallos jugó su primera final de liga en primera división y fue el encargado de anotar el tercer tanto de la noche que daba esperanza en dar la vuelta al marcador.

Ahora en su segunda etapa con los queretanos ha tenido buenos momentos, anotando y haciendo una labor de sacrificio importante que muchas veces no luce pero que ayuda a la ofensiva. Retiene el balón, pisa el área o incluso se sale de su posición para hacer presión en medio campo y arrancar la jugada desde ahí.

¿Falso nueve?

El fútbol de Sepúlveda aporta experiencia ya que cuenta con un largo recorrido en primera división. Sabe ocupar los espacios, recorre cuando toca defender y se sale del área para apoyar al compañero en jugada ofensiva. Si bien no es un «9» clavado, su función parecería ser más la de un enganche pues es un jugador que toca, tiene mucha movilidad adelante y que no tiene apuro en colarse al área rival. Podríamos incluso hablar de un falso nueve pues su juego es asociativo pero que también sabe finalizar las jugadas cuando la oportunidad se presenta.

Otro de sus atributos es que sabe parase entre los defensas pues le compitió a los zagueros de Pumas los 75 minutos que estuvo en el terreno de juego siendo el único delantero que arrancó el partido pasado; retuvo el balón cuando recibía de espaldas al arco, bajaba para apoyar a los contenciones en la recuperación del balón y puso el segundo gol de la noche ganándole la espalda al defensa universitario en el centro de Valencia.

Referente y capitán

Al michoacano se le ve bien dentro del terreno de juego, sabe jugar en equipo y pelea cada balón. En algunas ocasiones llegó a portar el gafete de capitán pues es un referente tanto en la ofensiva como en el equipo queretano. Hoy en día puede convertirse en un jugador que quede en la memoria del aficionado albiazul pues en un proyecto aún joven con Altamirano al frente, tiene todas las credenciales para demostrar porque fue un seleccionado nacional y que sigue siendo un Gallo de pelea.