Se desvaneció el sueño internacional

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Para un equipo acostumbrado a navegar entre Primera y Segunda División, contender en la máxima competencia internacional de la CONCACAF, era algo impensable. Querétaro vivió un Clausura 2015 de ensueño, sin embargo, a pesar de ser derrotado en la Final, la aventura no había terminado. Gallos Blancos había clasificado a su primer torneo internacional en su historia.

Así, los emplumados se enfilaban para disputar la Concahampions en donde, en la fase de grupos, se enfrentaron a San Francisco de Panamá y Verdes de Belice. Después de duras visitas y un histórico 8-0 en la Corregidora ante Verdes, Gallos clasificó como primero de grupo a los Cuartos de Final.

Los Albiazules se vieron emparejados ni más ni menos que con el equipo de la capital estadounidense, DC United. Tras un 2-0 como locales, Querétaro voló hasta Washington D.C. y, con un marco estremecedor, logró rescatar un 1-1 que le permitió llegar hasta las Semifinales.

Una vez dentro de los mejores cuatro equipos en el torneo, Gallos Blancos se encontró con un viejo conocido, Tigres de la UANL. Era inevitable recordar aquella Semifinal del Apertura 2011 en donde los Felinos eliminaron a los emplumados. Además, en una potencial Final, podían enfrentarse a Santos. El escenario para completar dos revanchas estaba puesto.

En la ida de las Semifinales, dominaba la incertidumbre. La Cabecera Norte del Estadio Corregidora recibía al equipo de sus amores con la frase “Mi ejército no tiene bandera, es solo un corazón”. Los minutos transcurrieron con pocas llegadas para ambos lados. Prevaleció la paridad y al final el partido culminó 0-0, curiosamente el mismo marcador que en la ida de la Semifinal del Apertura 2011.

Para el partido de Vuelta, el panorama no era esperanzador. Querétaro debía visitar a uno de los equipos más poderosos en el continente en uno de los estadios que más pesan en México. De cualquier forma, los comandados por Víctor Manuel Vucetich aguantaron el cero en su portería y, en el minuto 72, llegó una señal de esperanza cuando Jesús Dueñas se fue expulsado. No obstante, la eterna relación de Gallos Blancos con la fatalidad se volvió a hacer presente cuando André-Pierre Gignac anotó un doblete en cuatro minutos y culminó así con el sueño internacional albiazul.

De esta manera, Querétaro se terminó yendo a casa con las manos vacías. Nuevamente, Tigres fue su verdugo y los universitarios volvieron a impedir que Gallos llegara a una histórica Final.