Querétaro y San Luis Potosí disputaron el Clásico de la 57, un partido lleno de cambios de juego, tiros a gol, pero sobre todo faltas por parte de ambos equipos, y eso se puede ver a lo largo de los 102 minutos que se jugaron. Por fortuna, a pesar de las tensiones entre estos dos equipos y el número de faltas, este no llegó a más. La rivalidad, a pesar de sus antecedentes, fue un juego que dentro de todo existió el respeto entre jugadores y a los jugadores. Salvo un pequeño incidente de un aficionado que le lanzó un hielo al arquero de Querétaro.
El partido comenzó muy mal para la escuadra albiazul puesto que en el minuto 2, los potosinos ya les habrían anotado un gol. Esto forzó a los queretanos a llevar un juego agresivo para retomar el marcador, este tipo de juego les dio a oportunidad de atacar en varias ocasiones el arco Potosino, sin embargo, en el minuto 21 caería una nueva desgracia a nuestro lado de la cancha, Alan Olivera sería expulsado tras marcar una fuerte entrada a la hora de buscar cabecear el balón. En este punto el juego parecía muy difícil para la alineación queretana.
Entrando al segundo tiempo el equipo Potosino controló por mucho el juego, las jugadas queretanas se fueron reduciendo y cada vez se veía más difícil lograr el empate, hasta que en un pase filtrado logra entrar el balón al área chica donde Sebastián Sosa mete un puntazo que dejaría el balón dentro del arco Potosino. Sin duda después de esa jugada vimos otros gallos, unos más animados y que lograron tomar más control del balón, el juego se estaba animando.
El partido se mantuvo con ese resultado hasta el final, claro, con muchos tiros que soplaron el arco. La escuadra queretana se resignaría a jugar defensivo, ya que la expulsión si afectó bastante su juego delantero. De esta manera se concluirían los 102 minutos del Clásico del Centro, en donde ambos equipos mostraron su grandeza del Centro.