Aquel triste Clásico de la 57

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Hoy viernes, se juega el histórico Clásico de la 57, los Gallos Blancos se enfrentarán de visita al Atlético de San Luis, ese San Luis que ha crecido exponencialmente desde el apoyo que recibió por parte del conjunto rojiblanco de España, el Atlético de Madrid, de ahí su cambio de nombre. Estos dos equipos tienen desde la temporada 1957-58 enfrentándose entre liga, copas, ascenso y amistosos un total de 34 victorias para San Luis, 24 para Querétaro y 34 empates.

En este baúl de los recuerdos nos centraremos en el partido más recordado y polémico de estos dos conjuntos. Sucedió durante el Apertura 2019, exactamente en la fecha 14. El partido comenzó con la misma tónica que acompañaría hasta los últimos minutos, un Querétaro impulsado, volcado al frente, con esa sed de victoria que arrastraban desde el partido anterior donde vencieron dos a uno al Monterrey. Misma sed de victoria que empujó a Jair Pereira para anotar el gol de cabeza que abrió el encuentro a favor de los emplumados al minuto 25. No terminaría ahí, Luis Romo se encargaría al minuto 43 de darle otro gol a la visita con otro testarazo tras un tiro libre.

Cuando parecía que el encuentro iba a finalizar con solo un mal sabor de boca para el conjunto local, los reflectores dieron un giro para enfocar a la afición. Al minuto 85 comenzaron los incidentes violentos de barra a barra; golpes, botellas, hasta garrafas se vieron en las gradas. En imágenes que serían predecesoras de un mal mayor, la afición tuvo que refugiarse bajando a la cancha. El saldo fue de 50 heridos y el castigo, tan solo dos partidos de veto y una multa de medio millón de pesos al club potosino.

Al final, estos hechos no terminaron afectando el resultado, pues a falta de tan solo unos minutos por jugar, la comisión de arbitraje junto con la liga, decidió que el partido quedara con el resultado de dos a cero. Sin duda esto fue una advertencia, y grande, de lo que iba a pasar si no se atendían de forma importante estas situaciones, con el periódico de ayer, todos somos expertos, pero fue una gota de agua que terminó desbordando el vaso.