24 de Mayo del 2015, los Gallos Blancos buscaban completar la hazaña de meterse a la gran final en lo que había sido una campaña histórica, pero enfrente tenían a un pachuca, que venía jugando bien y que les estaba exigiendo cumplir la más grande de sus proezas hasta el momento. En la ida, todo había salido como no tenía que salir, una derrota 2-0 en la ida había puesto todo costa arriba para unos Gallos que buscaban el milagro sabiéndose poseedores de la ventaja por posición de tabla.
Pero el milagro se iba a hacer presente, los Gallos se iban a sacudir temprano todas las malas vibras que se venían manejando como el problema de vestidor que ocasionó la salida del estadio de Ronaldinho al ser sustituido en la ida. A pesar de no contar con el astro brasileño en la cancha, el equipo no se achicó y salió con todo el espíritu del mundo a buscar ese resultado que tanto esperaban.
Angel Sepúlveda metería un gol importantísimo al 13, este gol cambiaría completamente la dinámica del encuentro, levantando el ánimo queretano y de aquí Gallos agarraría el control. Tiago Volpi fue un factor de este encuentro, ya que al tener un equipo tan lanzado al ataque, era de esperarse que el brasileño tuviera bastantes intervenciones que le dieran vida a Gallos y esta actuación soberbia lo siguió catapultando como el ídolo de la afición.
Al inicio del segundo tiempo, Gallos dio otro golpe tempranero, Johnatan Bornstein ponía el segundo, y Gallos volvía a estar dentro de esa final tan soñada e inesperada para los aficionados queretanos. De ahí, fue puro aguante y uno de los momentos donde más se sintió la porra queretana. Jugadores y afición, se juntaron como uno solo y con un espíritu guerrero incansable, serían finalistas en la que es una de las mejores victorias de su historia.